Hornear, saborear y hablar de pasteles. De eso se trata un movimiento que nació hace unos seis años en Inglaterra y que se conoce como el “Club de Pasteles Clandestino”. La fundadora del club, una repostera aficionada llamada Lynn Hill, era una admiradora de los Clubs Gastronómicos y quiso llevar esa idea al mundo de la repostería. “¿Por qué no formar una congregación secreta que gire exclusivamente en torno a las tortas, donde un grupo de pasteleros completamente aficionados pudieran reunirse sin el menor asomo de competición y donde cada uno llevara un pastel creativo y delicioso inspirado en algún tema ingenioso para compartirlo con otros amantes de la pastelería como ellos?”, cuenta Lynn en la introducción de su libro “Recetas del Club de Pasteles Clandestino” (Editorial Juventud).

 

 

El boca en boca y las redes sociales hicieron que la idea corriera como un reguero de pólvora. Dos años más tarde, ya existían 150 clubes en distintas ciudades de Inglaterra y de algunos otros países. El libro reúne las mejores recetas del club fundado por Lynn, entre ellas, esta original y deliciosa torta de duraznos que elegimos para este final de primavera en Argentina.

 

Los duraznos frescos, como los que vemos en las verdulerías por estos días, son imprescindibles para preparar este pastel. Una recomendación es cortarlos en rodajas para evitar que se hundan en el fondo durante el horneado. Es importante verter lentamente la masa en el molde con el fin de conservar en la mezcla la mayor cantidad de aire posible, ya que eso hará que el bizcochuelo sea más ligero. Te recomendamos servirlo caliente con crema chantilly.

 

Ingredientes para 10-12 raciones

140 g de manteca reblandecida o margarina blanda

125 g de azúcar fino

2 cucharadas de mermelada de durazno, más una cantidad extra para darle brillo (opcional)

4 huevos grandes, separados

1 cdta de jugo de limón recién exprimido

170 gramos de harina tamizada

7-8 duraznos frescos, partidos por la mitad

Azúcar impalpable para espolvorear (opcional)

Crema de leche, batida para servir como crema chantilly

 

Preparación

  1. Precalienta el horno a 190/convección 170/termostato en el 5. Engrasa y forra un molde redondo de base extraíble de 20cm.
  2. Bate la manteca y el azúcar usando una cuchara de madera o una batidora eléctrica hasta obtener una mezcla esponjosa.
  3. Añade los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición, hasta que se hayan mezclado completamente.
  4. En un bowl limpio, bate las claras de huevo con el jugo de limón hasta que forme picos suaves (el jugo de limón impide que las claras se desmoronen). Añade una cucharada grande de claras a la mezcla de las yemas de huevo y remueve un poco hasta que suelte y, a continuación, añade las claras restantes usando una cuchara grande de metal.
  5. Añade poco a poco la harina tamizada en tres tandas hasta que se haya integrado y, a continuación, vierte lentamente la mezcla en el molde, con cuidado de no golpearla demasiado. Coloca los duraznos por encima de la mezcla, con el lado de la piel hacia arriba, de tal modo que cubran toda la superficie. Hornéalo durante 45-55 minutos o hasta que esté dorado y mullido al tacto. Déjalo que se enfríe en el molde durante 10 minutos.
  6. Mientras tanto, si deseas dar brillo al pastel, calienta dos cucharas de mermelada de durazno en una cacerola chica con una cucharada de agua y a continuación, pásalo por un colador. Saca el pastel del molde y utiliza un pincel de repostería para cubrir la parte superior del pastel con el brillo. Espolvoréalo con azúcar impalpable, si lo deseas, y sírvelo con crema chantilly.