Agregar un chorrito de vino o licor a la preparación de una torta para darle un toque especial o resaltar algún sabor es algo de lo más corriente, pero que no todos hacemos normalmente.

Esta receta va un paso más allá y le da al Jägermeister un protagonismo especial haciéndolo un ingrediente fundamental para un brownie delicioso como todos, pero diferente. La propia marca la difundió como una "receta dominguera". Seguramente porque es un postre ideal para coronar una comida con amigos o la familia. Incluso si hay niños, ya que, después de pasar por el horno, el sabor queda pero el alcohol se evapora por completo!

 

 
Ingredientes

- 140g de harina 0000
- 1/2 cdita. de polvo de hornear
- una pizca de sal 
- 250g de chocolate cobertura semi amargo 
- 3 huevos 
- 150g de manteca sin sal 
- 1 cda. de cacao amargo 
- 280g de azúcar
- 2 cdita. de esencia de vainilla 
- 4 medidas (200ml) de Jägermeister 

 

Preparación

  1. Calentar el horno a 160ºC. Esparcir manteca por un molde rectangular mediano para hornear y espolvorear con el cacao en polvo
  2. En un bowl, tamizar la harina y mezclar con el polvo de hornear y la sal
  3. Derretir 180g de chocolate junto con la manteca y remover hasta que la pasta esté líquida y homogénea
  4. Retirarla del fuego, dejar entibiar y añadir los huevos uno a uno, mezclando cada vez (no es necesario batir fuerte).
  5. Agregar el azúcar, el Jäger y la vainilla y batir hasta que quede todo mezclado. Añadir y mezclar bien la harina, el polvo de hornear y la sal. Romper el chocolate restante en trozos pequeños, incorporarles una cucharada de harina y añadirlo a la mezcla.
  6. Verter la mezcla en el molde para hornear y colocarlo en el centro del horno durante unos 40 minutos (o cuando un cuchillo salga limpio).
  7. Cuando esté frío, cortar en cuadrados, servir acompañado de un chupito de Jäger recién sacado del congelador o de una bocha de helado de crema americana con frutos rojos cortados en cubos. Un tip especial: entibiar el brownie por unos segundos en el micoondas antes de servir: bom-ba-in-cre-í-ble!